Bueno, tras cuatro años, mañana tengo el último examen de la carrera y, si todo va bien, me licencio (sí, soy de esas privilegiadas que se licencia, no se gradúa).
Lo cierto es que, a pesar de que me decepcioné bastante con la carrera en tercer y cuarto curso, no puedo decir que me arrepienta de haber elegido estudiar Traducción e Interpretación. Tuve la suerte de ingresar en la carrera que quería y en la universidad que quería, y, a pesar de todo, he aprendido bastante en cuanto a mi identidad como traductora (o futura traductora). También tuve la suerte de empezar a aprender un idioma más o menos poco común como el ruso y de incorporarlo a mis leguas de trabajo. Es cierto que ingresé en la universidad con la idea utópica de que estudiar una carrera era genial, que aprendería muchísimo, que todos mis profesores serían grandes profesionales y magníficos profesores con ganas de enseñar a pensar y a traducir, y también es cierto que luego no fue así del todo... pero no todo ha sido malo. Me llevo grandes lecciones de profesionalidad gracias a dos profesores en concreto que, curiosamente, ninguno daba clases de traducción, aunque una de ellos sí era traductora profesional, y de las buenas; el otro era un filósofo y lingüista (una mezcla curiosa, desde luego) de bastante renombre en su ámbito.
Sin embargo, el plan es no dejar la universidad, puesto que espero que me acepten en el Máster en Tradumática de la UAB. Tiene un excelente programa y, en mi opinión, termina de formar al traductor en todo aquello que en la carrera (al menos, en la UAB) se pasa bastante por alto: sistemas TAO, gestión de proyectos de traducción, fiscalidad para traductores e incluso localización de software y multimedia (aunque esto último solo es una introducción). Cabe añadir, además, que desde la coordinación del máster se intenta mantener constantemente el contacto entre estudiantes y empresas a través de prácticas remuneradas, seminarios, conferencias y jornadas.
Otra de mis opciones es el Máster en Traducción Audiovisual, también de la UAB. A pesar de que es mi segunda opción, sé que tarde o temprano terminaré cursándolo, ya que me gustaría llegar a trabajar como traductora en ámbitos multimedia. En este caso, el máster goza de un renombre considerable tanto en España como en Europa, al igual que ocurre con Tradumática, y de un programa muy completo. Conozco a gente que ha cursado o está cursando este máster, como Laura (seguidla en su blog Acción traducción), y están encantadísimos. A ver qué me depara el futuro.
Sea lo que sea, os iré contando a medida que todo vaya ocurriendo. Por lo pronto, el día 1 o 2 de julio sale la lista de admitidos en el Máster en Tradumática, y el día 9 la del Máster en Traducción Audiovisual, así que aún me queda más o menos un mes de sufrimiento y nervios. Tendré que darme a las infusiones de tila y valeriana.
Hasta pronto =)
No hay comentarios:
Publicar un comentario